domingo, 13 de marzo de 2011

Dédalo

Enterrado vivo

en un infinito

dédalo de espejos,

me oigo, me sigo,

me busco en el liso

muro del silencio.

Pero no me encuentro.

Palpo, escucho, miro.

Por todos los ecos

de este laberinto,

un acento mío

está pretendiendo

llegar a mi oído.

Pero no lo advierto.

Alguien está preso

aquí, en este frío

lúcido recinto,

dédalo de espejos...

Alguien, al que imito.

Si se va, me alejo.

Si regresa, vuelvo.

Si se duerme, sueño.

"¿Eres tú?", me digo...

Pero no contesto.

Perseguido, herido

por el mismo acento

-que no sé si es mío-

contra el eco mismo

del mismo recuerdo

en este infinito

dédalo de espejos

enterrado vivo.

Hace años que mi maestro de fotografía nos dio este poema para interpretarlo con imagenes y en verdad el poema me parece tan cercano a lo que vivimos muchas veces en nuestra vida, a veces nos sentimos perdidos en un laberinto.

De hecho nos conto que este poema fue inspiración basada en la obra "El laberinto del fauno".

Ojalá les guste :D

besos y abrazos, Salam aleikum!

Una canción que queda a este poema del señor Jaime Torres Bodet.