Siglo XXI Aun somos Guerreros.
Vivimos en una era de globalización, las comunicaciones son parte indispensable en nuestra vida cotidiana, desde un simple celular hasta más sofisticado que podamos imaginar; las grandes ciudades cada día se ven envueltas por el caos, tráfico, robo etc. Al grado que la gran mayoría de las personas en algún momento determinado caemos en la monotonía, en un ritmo de vida donde trabajar no es algo que disfrutemos, solo pensamos en trabajar para subsistir en un sistema de mucho trabajo poca paga obteniendo así un “salario”, que no es capaz de cubrir las necesidades básicas.
Pero esto no es una carta de todo lo malo sino un llamado e invitación de que muchas de las cosas pueden cambiar si cada uno de nosotros ponemos un granito de arena, empezando desde nuestro hogar.
La familia es la base de la sociedad y sustento que tiene todo ser humano porque hay es donde aprendemos los valores universales como lo son: el amor, el respeto y también los antivalores: el odio, el rencor, etc.
No podemos educar a nuestros hijos o corregirlos cuando nosotros mismos no ponemos el ejemplo. No podemos quejarnos de la corrupción, si nosotros mismos somos quienes la alimentamos, ejemplo de esto es: vas en tu automóvil y te pasas un alto, te indica el de transito que te detengas y claro que la mejor manera de solucionar tu error es ofreciéndole la tan conocida y popular “Mordida”, esto se llama CORRUPCIÓN, debemos aceptar nuestros errores y responder por cada uno de nuestros actos, cosas tan simples que dicen mucho respecto de quienes somos.
Al final del día todos somos guerreros tratando de ganar la batalla y no me refiero a que necesitemos una espada o arma de algún tipo, sino a todos aquellos que luchamos por salir adelante día a día, pese a las circunstancias de adversidad que se presenten, ejemplo de esto son las madres solteras, los jóvenes que estudian y trabajan, aquellos que luchan contra enfermedades incurables, todos los hermanos que subsisten viviendo en las calles, aquellos guerreros que viven con discapacidades, aquellos que son marginados por su raza y sexo, aquellos soñadores que no dejan de perseguir día a día lo que parece lejano; así podría seguir mencionando en una larga lista sin fin...
El hombre razonable puede ser quién le enseñaron a ser o ser como el desea realmente ser… con la capacidad de cambiar patrones que puedan estar determinados por las experiencias vividas.
Yuzeli
23/06/2011.
