viernes, 10 de junio de 2011

MEMORIAS

La soledad empalidece mi tristeza con su sabor amargo, las memorias del pasado vuelven, como cuchillas para abrir más las heridas que con el tiempo han ido desgarrándose lentamente, la mirada perdida de mi rostro, un semblante fúnebre que recorre el cuerpo y lo congela, labios negros y pequeñas y mortales gotas de sangre que derraman los ojos de la muerte, apariencia de muñeca. Sentada, recargada bajo el llanto de un sauce que vio pasar el tiempo, que vivió las frustraciones del mundo, que trasformó la vida y dió paso a lo desconocido, ahí, sentada, observando la cálida noche que se pierde en la mirada, que se desenvuelve para dar paso a un sin fin de recuerdos turbios, recuerdos que parecen no tener comienzo ni fin, me levanto para poder alcanzar la luna, esa esfera que llena de una tibia luz se desvanece dejándolo todo en la oscuridad nuevamente, las memorias y recuerdos me ensordecen, he caído nuevamente de rodillas, esperando que este ruido salga de mi mente, que me deje morir en paz. Un alma en pena, un corazón perdido, solamente un cuerpo lleno de tristezas, recubierto de lamentos y desesperación, no recuerdo la luz del sol, los tibios atardeceres en aquel campo lleno de vida, de flores que derramaban sus colores brillantes y sonreían a la vida, ni aquellos lagos de diamantes y cristales en los cuales tú y yo permaneceríamos juntos para siempre, no recuerdo aquellas imágenes que provocaban una linda sonrisa en mi rostro, se que existe, pero no recuerdo, sólo veo a mi alrededor como la oscuridad penetra en todo lo que ve a su paso y no se detiene, todo lo baña con ese color tan puro, tan melancólico… que me pierde en los recuerdos frustrados de mi vida, quiero morir, quiero llegar hasta donde reposa tu frió cuerpo y descansar ahí por la eternidad junto a tí. Los días van pasando lentamente, las horas se hacen eternas y mi frustración aumenta, solo quiero recordar esa mirada que me conmovía, que hacía temblar mi cuerpo. Camino junto al atardecer y extiendo la mano para poder alcanzar ese cálido rayo que me llena por un momento de felicidad, pero se va, se desvanece dando paso a la oscuridad y nuevamente me he quedado sola, en un infierno despiadado, sigo caminando lentamente esperando a que llegue un nuevo día, tener una vez más la esperanza que ese rayo me da, tener la seguridad que volverás para estar a mi lado y que nunca más me dejaras. Pero sé que mis fantasías no se harán realidad, mis sueños se apagan y mi luz desaparece junto con el recuerdo que tengo de tí, mi cuerpo viejo ha esperado una eternidad por tu regreso y el corazón enfermo ya no puede más, mi alma se escapa en un último suspiro y de repente, me encuentro en un lugar nuevo, lleno de luz y pintado con un lindo atardecer y de repente te veo venir hacia mí, me acaricias, me besas y con un fuerte abrazo me susurras al oído, has venido y te he estado esperando, has llegado junto a mí y no te dejare nunca más… Me levanto en la mañana y como de costumbre entro al baño a lavarme un poco la cara, me encuentro frente a una mujer desconocida, tiene una mirada tan triste como si hubiese perdido el sentido de la vida, su semblante pálido como un muerto y sus labios secos con un tono morado me dicen, este es un nuevo día y no se porque aun sigo con vida…. Me pregunto que le habrá pasado y la observo detenidamente, sus ojos dejan caer lagrimas de sangre y me asusto al ver que sus manos están heridas, pareciese que se hubiere hecho cortadas profundas, me acerco y le pregunto si necesita ayuda, pero está perdida, no me responde y sólo comienza a decir que ya no tiene sentido nada, la confusión me domina al ver a esta mujer tan vacía… todos los días desde hace cuatro años he estado observando a esta mujer que ya no tiene vida, sólo es un alma que no encuentra salida, que no pide ayuda por miedo, que está frustrada y se consume poco a poco…. Me encuentro tirada en el piso, miro a mi alrededor y me percato de que esa mujer que veía cada día… era yo… perdida y confundida , sin sentido de la vida… me he cortado nuevamente y mi sangre corre como un río salvaje, los recuerdos florecen en mi mente y mis ojos sin fuerza se van cerrando lentamente, estoy olvidando y mi mente cansada se va apagando, he cerrado los ojos y he despertado en un rincón frío y oscuro, me encuentro sola y una mano se extiende ante mi para salvarme… pero simplemente vuelvo a cerrar los ojos para no abrirlos nuevamente…

Florentina Soberón Peñaloza

(Kali Cerridwen)