Una lágrima susurra
A mi lánguido oído,
y tu voz dorada como la aurora,
me muestra el camino.
Muda, sin mirar atrás te sigo.
Suspendida en la noche,
canto sobre los pétalos,
de tu balcón dormido.
Enigmático flotas, te acercas
tenebroso, erguido.
En silencio te nombro,
Te acaricio, sin hacer ruido.
Pálida noche, dulce sueño.
Largo camino.
Y florece entre tus labios,
un acariciar besos,
que lánguido resbala en mi oído.
Del poemario “Mi inspiración eres tú”
SHIRA
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