El
blues que te trae esta noche
alimenta
esperanzas obscenas
de
días plagados de Sol.
Resurge
el deseo
de tu piel desnuda
vistiéndome
de sonrisas.
Entono melodías que
en secreto tu nombre llevan;
y en la hoguera, que es esta habitación,
consumo delirios enfermizos y apasionados.
Corrompo el silencio de tu recuerdo;
entonces tus ojos vuelven a ser eternos.
Esta
noche y su luminiscencia
provocan
tempestades,
mi barco naufraga en
escupitajos
de dolor y llanto.
Dicen
que después de la tormenta
siempre
llega la calma...
La
mía llegó con los brazos
de
la que siempre me acompaña,
entonces floté entre sueños transparentes,
donde
el perfume de tus besos me arrullaba.
Así
pues, sobreviviente al
naufragio de tus besos
embarco a
horizontes extraños colmados de deseos.
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