beberé el instante ígneo de tu boca,
fumaré el desiderátum
de tus ojos tan ajenos;
me bañaré en la nostalgia
de tu recuerdo y dormiré
con tu nombre en mi boca.
Serás de otra y aún así te haré mío
hasta que un trago de realidad
me devuelva al vacío.
Rezaré a un Dios en el que no creo,
musitando plegarias de amores no correspondidos;
y hundiéndome en el ensueño de tenerte conmigo.
bailaremos un vals de sentimiento roídos.
Despertaré; me serás prohibido.
Llamarás y arderá el infierno;
después todo será frío.
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